La trucha común (Salmo trutta o Trutta fario) pertenece a la familia de los salmónidos, que se distinguen de los demás peces de agua dulce, entre otras cosas, por presentar una pequeña altea dorsal, secundaria y adiposa, más bien oscura y situada cerca de la cola. Este pez se encuentra en casi todos los ríos de aguas puras y cristalinas, en especial de aguas rápidas y batidas, en alturas superiores a los 700 metros, ríos que suelen ser de lechos arenosos y pedregosos. También se encuentra en gran número de lagos y lagunas de montaña. La trucha presenta una cabeza fuerte y un cuerpo bastante esbelto y de bonita línea. El maxilar inferior es muy prominente y cubre con creces el superior, los dos provistos de agudos dientes. Posee una poco prolongada pero prominente aleta dorsal, a la que sigue, muy retrasada, la pequeña aleta adiposa característica; dos potentes aletas branquiales y otras dos pectorales, que le facilitan sostenerse en las corrientes rápidas; una larga aleta anal y, por último, una fuerte cola que le permite dar saltos de hasta dos metros. Sus escamas son pequeñas, y la coloración muy brillante, especialmente en los flancos; varía según las aguas, con tonalidades que van desde el pardo oscuro a un gris claro, salpicado de pintas rojas y negras. El color de la carnes es blanco o algo rosado, según los elementos que predominen en su régimen alimenticio.